martes, 4 de octubre de 2016

La Guerra


Por estas tierras se paseó Hittler,
con los dientes color guerra,
bordeando los deportes y los pensadores.

Nos preguntamos múltiples veces
si este en verdad mordía.

Y efectivamente
empezó a masticar una gigante piedra.

Lo vimos con rostros pálidos
Hittler es un maldito.
Pero a la final Hittler,
se está llendo.

La roca agujereada sangraba su relleno
a mitad del oscuro camino
que habia trazado.

Los dolores la habitaban.
Pero parecia estar dispuesta
a ser pateada siempre un poco más lejos.

Alerta

Todos van tarde en la calle
Arrollan mi vida con sus asuntos

Apenas
y puedo ver sus rostros.

Casi siempre,
retorcidos,
por mis manos
de cemento.

Las luces
que entran a mi cuerpo
se hacen cancerígenas y pesadas
como hierro en honda miseria.

Atentan contra mi vida
con armaduras inentendibles.
Como una distorsión
de mis bajos instintos.

La maquinaria me abrigara
apenas caigo.

Belial.