viernes, 4 de diciembre de 2015

Pdema

Crece la sensualidad de no tenerte aquí conmigo.
De saberte ausente por voluntad.
Inalcanzarte de nuevo.
Tu abdomen,
último bocado de mis besos.

Belial.

Meditación


Murcielagos vuelan al interior
de los huesos,
mientras pongo la vista en la altura.

El laberinto se hace luz abierta
con un paso de fantasma
rompo el cuero de la casa
para descubrir la gran vista.

Belial.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Un Día Cualquiera


Está agrietandose
en la parada.

Lleva media hora
esperando subirse a un vacío,

Donde los idiomas no le corten más la oreja;
donde el braille
se hable con los pies.

Sube al colectivo.

Los asientos de su viaje
no tienen como echarse para atrás.

A través de la ventana,
anaqueles guardan
los tesoros del cuervo
devaluados a la aguja.

Las calles se amotinan en su estomago.

"Todo tiene un suelo destructor"

Se dice un Dios
mientras abre un Mareól.

Belial.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Relojería Barata

Bajo los puentes que conectan cada cosa
encontré circulos escarlatas
en la oscuridad la profunda sombra
un vortice de venas
rodeado de basura.

Mis ojos alargados como cuerda.
y yo girando vertiginoso
como un reloj sobre las densas huellas
de un mar rojo.

Mis musculos desprendídos
hacia todas las direcciones,
marcaban horas engranadas en hambre
adueñadas de la hora.

Un tobellino de fantasmas
abusaba del espacio.

Belial.

El Trato

Saltan los lirios del campo prometidos,
evitando ser engullidos
por la tierra vengativa.

Para caer sobre el techo angosto
de tus manos de florero,
donde la tierra está aún trazada y vigente.

Tu boca sopla
y avispas salen del tallo.
Continuas soplando
y el lirio estornuda con tu aliento
desaprezandose y hullendo.

Belial.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Perseguido



De lugares que ya no visito
sigo siendo dueño.

Las canchas solas,

me persiguen.

Las vías del tren

clavadas en mis piernas

como tornillos.

El vapor cubre mi rostro.

De las esquinas salen dioses

tirando baldados de pintura
por mi camino.

Con tan solo un vistazo.

mis pasos presionan la luz.

Atrás está el cielo amarillo

cortando su cuerpo

con una nube.

Mi hogar queda dos pasos delante.

del lugar imaginario,

Todo se mueve solo,

y en la noción de serse.

solo se desgasta.

Belial

Primer Infierno

Cueva de la desesperación
con estalagmitas de cemento.
En torno
la oscuridad impenetrable,
ébano líquido.
oscuro desierto.

¡Oh ciudad!
que aquí yaces
en el abandono.

Para la tierra
eres carnicera cesárea.

Recuerdo de miedos incalculables,

nuestro primer infierno.
Belial.

Extravío

Amo el brillo de tus ojos 
cuando no me miran,
y a la vez saben 
que los míos los están mirando.

Amo lo jugoso de tus labios 
cuando no me besan,
y a su vez saben que los míos
mueren por bailar con ellos
al compás de un largo respiro.

Amo tu mente 
cuando está en los afanes cotidianos,
y a pesar de eso,
escapa un momento 
para encontrarse conmigo 
en algún lugar del infinito


Belial

sábado, 17 de octubre de 2015

En El Penal


Un pájaro pintado en celda me escupe con su culo.

De vez en cuando
nada viene a visitarme.

Ahí es cuando me veo limpio de heridas.
Relleno de sangre, 
aparezco de pie sobre el vendaje.

Los caminos recorridos sin mirar,
 
estrujan sus piedras
 
en mi rostro de cráter.

Las serpientes que saltaron a mi encuentro
reposan en mi clavícula.

Mi carne presa de desniveles y turbulencias;
se encuentra envuelta en tela de recuerdos,
y la araña nada que viene.

Mis cenizas se esparcen 
en la sombra de un sueño.

Trabajo tocando los paisajes
que la mente olvida

El cabello del pasto 
corta profundo en mi memoria.

Estiro mis musculos en las verticales cortinas.
y aguardo un amanecer carcelario...

Nada ha vuelto a visitarme...

Yo me escapo
en la magia de soltarme.


Belial

sábado, 10 de octubre de 2015

Refugios

Esquivando los aplausos mortales,
el artista como un zancudo
se escabulle de las miradas transeúntes.

Tal vez buscando hendir su mirada en un sitio telarañoso,
acudirá a las grutas benefactoras de melancolía,
o al piso dueño y señor de la mezcla,
y podrá preguntarse
cuanto polvo le atañirá
a su vida de objeto.

Belial

Sobredosis


Lleno de cansancio
un manojo de piel
se tumbó en el camino

El vació lo había despertado.

Su cuerpo se destapó arrugado y delgado
como un párpado

Estaba ya muy cansado.

Se podía notar en las ojeras de su sombra
al vigilar con paciencia
su estadía por la nada.

En el carisma de su rostro en el aluminio.

En sus ojos blancos,
paisaje de agujas,

En los rincones donde rumiaba con la boca sellada.

Sus pies de madera 

recorren con paso firme los borrones
de un silencio.


Belial.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La Gente Alegre


A la ciudad se le atrapa y se le escapa en cualquier parte.

La gente alegre es siempre peligrosa,
en la nada no hallarán calma.

Escupo blanco y seco sobre la mansa avenida.
Mi nada,
avanza por el concreto.

Los bullicios son ahogados.

Por segundos,
las muecas congeladas
solo parecen dolerles.

Respiro.

Y la calle se levanta y se sacude como una alfombra.

Nuestra saliva se despega de lo alto de la noche,
y llueve al fin sobre las caras.

Alguien me interrumpe.

Todo se retira.

Nada era mentira.

Las botellas se llenan,
los hocicos embrutecen.

Solo quedan ellos.
La gente alegre.
Los extremistas,
los que en el licor no hallarán la calma
de su agónica sonrisa.


Belial.

Biodegradación

En la tarde de ayer,
inmóvil pero vivo ,
fantasma del apocalípsis,
con vidrio en las manos y lengua de chivo,

Retuerce su presente en escenarios podridos,
donde repercute el barro con sus dientes.

La sombra
sostuvo
con enormes sonrisas
a una estructura rota por el hambre.


Torcidas por su blanda encía,
se juntan las monedas como ostias.
Vuestro nuevo cuerpo.


Belial.

Premoniciones

Carcomido
un dibujo
bajo la arena,

envuelve mi cerebro
como tormento.

A
ntes de soñar el infierno,
podía escucharte
junto a los demás.

Fue mi cuerpo el que recibió la caída, mi respiración me abre en llamas,
yo escojo dejarlo suelto.

Belial

jueves, 10 de septiembre de 2015

Plegaria En Sin City 3000


Habla un caminante: 

Con la deserción de los nosotros
y el gusto por el asco,
desvestimos nuestras pieles
para ser toda una herida.


Siento un sin salida.

Mis pies se encorvan,
como la silueta
de las altas cimas.

La angustia canta,
un loro habla
desde el centro de las plantas,
como el rastro de sarro
en nuestras muelas blancas.

Yo me muevo
estando quieto como Panclast.

Y no los observó mas,
si atrevo a detallarlos,
explorarían mis ojos descalzos
cada lava de los años magros,
con sus aceites abstractos.
Que devuelven mi mirada.
en fantasmagorico pacto.
La tierra sepultada
bajo pesado asfalto...

Voy de subida,
infierno en techo,
a calmar mi historia,
humo de helecho,
sucias victorias,
visiones rondan en el pecho,
el ahogo es tanto,
mi hedor a seco llanto.
morados párpados,
silencio estrecho,
cardio y sin mango,
me estoy rindiendo,
mundo de fango,
aquí me tienes,
te estoy esperando.

Belial.

Pesadilla En Vivo

Comiendo solo,
mirando al frente,

en mi lodo estoy ausente,
espejismos locos,
climas dementes,
a mi costado medra un duende,
y sigo sentado;
ignorando su recado.

Un escarabajo en la radio
no es creyente,
estoy de su lado,
y es tarde.


La noche llega desde abajo
y te escondes,
embrujado el bosque,
más profundo que has tocado,
no lo conocian tus dondes.

Belial.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Las Noches Del Interminable


Mineras de la sombra,
las innumerables luces,

habrán rasgado todo el espacio.

Las noches del interminable
se detendrán a habitar
el monstruoso abismo
de tu templo.

Y aún  así,
sin ver al cielo...

Y aún así,
estando muerto...

Siempre estarás,
siempre
te encuentro.

Belial.

Arritmia De La Calle

Detente si quieres
que pase algo hermano.

Soy brujo
con cadencia de soldado,

Pase lo que pase
a mi vida voy atado,

Rotos cordones de cemento
y largo cableado.


Belial.

Belial

Un tornado de seres humanos desmembrados
se aproxima

Las extremidades
estallan en las ventanas,
y se deslizan por los muros
hasta los andenes,
pintando todo con mi arte
antes que se derrame violentamente.


Belial ira y vendrá
vestido de lupa,
aumentando la negrura del cosmos
en un trance de papel.

Su primer poema fue un dibujo.
Fue su testamento.

Belial.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Faceless Devil


Relampagos en las ventanas de un papel.

Disfrazando su  rostro.
un hombre es acechado
por extraños objetos.
que buscan caer en él.
se aferra a la descarga,

El alquimista se combina,
distorsionado con los cuerpos,
un ventrilocuo maldito
con rostros malditos
lleno de espiritus quietos.

Belial.

Isidro


Antes del semáforo,
 vi gente del sanatorio  durmiendo como gatos 
sobre camiones inflamados de fármacos.

Limpiando el reloj con los pies,
pintan a dentelladas,
 un nuevo tiempo
en los muros del espíritu.

Algunas palabras pasan bajo la puerta
Tienen sabor.
pero se deshojan en su cerebro 
que busca erguirse. 

Su  piel y su divinidad
son antiguo silencio de aserrín.

Limpiando el cristal del reloj con los pies.
se encoje como un gato
sobre un cuerpo lleno de farmacos.



Belial.

Un Paseo


Hace falta nada,

para quel polvo
de los sitios donde se habitó,
se aviente a nosotros
en un abrazo invisible
de nostalgia.

Las pieles, el blandir tu tercio cuerpo.

Hace falta pasarla.

Aqui,
a esta hora...
cuando tu mente colgaba
a hombros
de este cielo.

Donde te veia
fuera de ti,
moviendote por el espacio,
arrastrando sin esfuerzo
por siempre tu cuerpo.



Belial

Al Instrumento


Una vez el horno está encendido,
humeante el esqueleto
asoma de pie
frente a las ventanas.

El lapicero está en llamas,
gira vomitivo su craneo
sobre el blanco himen
con su las venas rotas
tras la piel.

Lapicero rojo,
manto mio,
en la llanura
de los claustros suspendidos.

Belial.

sábado, 18 de julio de 2015

La Ciudad Ambulante

El lenguaje de los carros
llegó a comerse
los huesos ardidos del silencio.
Las hamacas mortuorias
en las telararañas,
arrullaron el estruendo.
Perseguidos por voces humanas
los histericos animales
se hundían en mares en blasfemia.

El valle onduló largo
como el epitafio de una llama.

Algo enorme se acercaba.

Fue entonces que una cara
de brillante acero
asomó al escenario.

La montaña brillaba en la punta
como el pico gigante
de redondo cuervo
llevando una joya maldita.
al espacio.
.
Tras ella sus apéndices de trenes
como cableado,
le sostenían.
Majestuoso monstruo.
Ambulante e inmaculado.

Creado desde las escamas
del empresario,
hastal bolsillo bomba
del albañil,
que firma el apocalipsis
de sus hijos
con una lágrima.

La Ciudad De Las Fibras Partidas”.
se sentó sobre el alfiler cromado;
y con belicosas miradas
comparó el paisaje
con su decadente interior.

Afuera todo era colorido,
En sus adentros,
un viajero de pies deformados
deambulaba.

Su mirada callada y condenada,
dando círculos
sobre el último árbol.

Afuera el agua rompía la tierra
y se alimentaba de ella.
Adentro,
líquido verde flema
y nauseabundo olor
escurría cayendo,
a la tierra 
para provocar
incendios.
Adentro el sol
cascaba las carnes,
como un sahumerio
de verdades estruendosas.

En la ciudad de las fibras partidas,
los hocicos sedientos y heridos.

Libre o prisionero,
Un humano restregado
en el humeante pavimento...
también habia ayudado a parirla...

Interrumpió entonces su trance
para envidiar una vez más el valle.

Andaba sobre las grandes rocas.

Tomaba las montañas en sus manos.

Conversaba con la naturaleza
siendo engendro.

Hoy caminaba gigante
y lastimera.

Mirando el cielo,
por las ventanas
que poblaban su silueta.


Belial.

sábado, 27 de junio de 2015

El Acto Debe Continuar


BASADO EN HECHOS REALES.

Nada combuste aún. El malabarista del fuego, juega con su martillo y su azadón. Lo pasa por su espalda y recibe aplausos. La música muere, y todos pierden la concentración. El protagonismo es arrebatado por el ayer y la noche... por los pitos. De entre todo el alboroto producido por el público, alguien aun observaba con detenimiento la presentación. Era un niño, y en sus grandes e inexpresivos ojos, se podía detallar al malabarista lanzando sus cadenas de vuelta a Dios, en un magnifico despliegue de habilidades. En el reflejo de sus ojos el acto transcurría con normalidad, exceptuando un detalle: a diferencia del atlético joven que actuaba, en el brillo maligno de sus pupilas, se mostraba un malabarista en estado deplorable de salud, enfermo, casi un cadáver asomado al mundo de los vivos, un cadáver acróbata, que lo seducía.
La jocosa melodía de circo irrumpió de nuevo el lugar, dándole sentído al acto; y el pequeño reaccionó a esta, como despertando súbitamente de un sueño... Entre sus prematuras vísceras, una ronca y pausada respiración se escuchaba, haciéndose cada vez más fuerte... Parecía que la música lo enloquecía, le provocaba un efecto drástico, una angustia. Entonces fue que el niño apoyo sus manos en el pavimento y se puso de pie, para correr con gestos torpes pero decididos hacia el peligroso acto.
¡Cuidado! -gritó el público- Y quedó sin aliento.
El malabarista que no se dejaba de entretener a su audiencia, torció los ojos en busca del peligro, logrando ver al pequeño por tan solo tres veces: La primera, vio quel niño aún a algunos metros de distancia, se dirigía con un gran gesto de curiosidad a los peligrosos instrumentos que componían su acto. Tomó aire y aun sin dejar caer sus clavas, miró por segunda vez. De fondo, los rostros de la gente se abrían en cámara lenta como el diafragma de una cámara, mientras señalaban al niño, que ya más cercano, había posado sus ojos grandes y vacíos en los del artista, su cara como una mancha de acuarela.
El Malabarista perdió el equilibrio. Agarró una de las clavas en el aire, pero sus dedos resbalaron y todo se hizo confuso. Se agachó rápidamente para recogerla; y volvió su vista al frente. El público bramaba de pie, la música de circo era siniestra. Los brazos del niño se estiraron para alcanzar una de las antorchas, que extrañamente reaccionó de inmediato al tacto del pequeño, prendiéndose en llamas. La audiencia estaba aterrorizada pero el niño reía de manera descomunal con el resplandor, azul del fuego, lo que asusto al malabarista, que miraba angustiado como el pequeño acercaba su extraña cara al fuego.
La multitud gritaba. Todo estaba mal.

Alarmado, uno de los pocos cirqueros con piernas y brazos; se acercó con rapidez  para apagar la antorcha, con un sencillo soplido y unos cuantos pisotones, llevando en brazos al niño de vuelta a su lugar bajo los aplausos del aliviado y enardecido público.
El malabarista tomaba los aplausos como propios y pensaba que este acto era memorable. Todo regresaba al fin a la normalidad y era un éxito. Con una serie de arriesgadas piruetas la efervescencia el público se hacía cada vez más notoria. Algunos comentaban el suceso, al menos algo, les había pasado hoy.
Como no es de esperarse, la calidad de sonido de los eventos culturales falla y por supuesto que esta no es la excepción. La música  vuelve a traicionar al artista; pero esta vez, un feo hombrecillo del mediocre circo, enrolló un periódico para avisarle a la gente, que había daños en el sonido y que por favor disculparan las molestias, despidiéndose con la célebre frase "el acto debe continuar".
De a poquito, la concentración abandonaba el lugar y se perdía en el aire. Una alarma a lo lejos sonaba. La gente a miraba a su rededor. pensamientos aún volaban y los ex-espectadores haciendo brindis con sus vacías cabezas, se besaban comían dulces, hablaban pendejadas. El malabarista era ignorado, y sin embargo jugaba. El caluroso sol se detuvo, y una amplia sombra lo cubrió, como una nube exclusiva para él. En su mente fresca, pudo recordar a aquel niño, su risa y su perturbador rostro. Todo era un silencio, pasaba el fuego por su espalda y continuaba. No advirtiendo esta vez, que las llamas habían tocado uno de los bolsillos de su estrafalario pantalón.
La cínica melodía circense resurgió. Y por fin el público advertiría al entretenido hombre vuelto en llamas. Primero hablaron en voz baja. "Ese hombre, se está quemando." Luego gritaron ahogados o obvio, esperando que su locura botara espuma y apagara el fuego que se apoderaba del animador.
El malabarista, que es el único que se importa, miró su pantalón, lanzó su acto al cielo, y se echó a rodar. El público desesperado acudió a sus bolsos buscando una cámara que registrara el macabro evento. Pero enfurecían y se preocupaban al darse cuenta que sus dispositivos, de alguna manera extraña, estos ya no estaban.

Un niño de demacrado rostro y gran sombra, aprovechó la falta de atención para situarse junto al malabarista que aún luchaba por su ignorada vida. Una luz impresionante parpadeo.
Y al fin un hombre, empleando un pequeñísimo extintor; apagó el carbón, bajo los aplausos de alivio de la multitud. Mientras del cielo caían apagados sus dones.

Aprovechando el sonar imbécil de las palmas, el niño y su sombra, resoplaron sobre los espectadores y regresaron cada cámara, cada celular tomado, a sus respectivos dueños, con el amargo registro de dos negras figuras, junto al cadáver del artista, su martillo y su azadón.

Belial

lunes, 1 de junio de 2015

El Hombre Ciego

Desde lo alto
de su monumental catástrofe.
Atrapado tras dos puertas
de p
eludos labios
y una lengua redonda
inerte;
el ser humano
se hizo ciego.

Imaginaba...

Y rojas y panorámicas palabras
se deformaban en la anchura
dando vueltas vueltas
hasta romperse.

De las humeantes grietas
salian significados
que caminaban
hasta presentarse

Desequilibrada su mente.

Veía
los árboles enfermos
avanzar con venganza.Se llevaba las manos a la cara.
y la arrugaba con un grito.

Pero por más que se tapaba,
todo ahí seguía.

Terneros sin extremidades
lactaban desde las endebles ramas.

Los caballos a distancia le miraban de reojo.
Podridas sus espaldas.

"¡Oh salvaje imaginación!
He llegado a donde habitan las palabras."
- decía el hombre -

Mientras los pasos de su lumbre,
como fila de hormigas,
extendidos por la negra tierra
hasta alcanzar la cima
de uno de los árboles.

Tan pronto la primera alcanzo el dosel,
se tensó la pita y haló al hombre,
para columpiarlo sobre sus negros asuntos.


Belial.

martes, 26 de mayo de 2015

Naturaleza Vencedora

Mientras con sus metalúrgicos párpados
intentan detenerte.

Aviso a ustedes.

Que no tiene frenos,
        /y que por lo tanto,
no escatima en daños.


Belial.

El Regreso

Atento a las tardes.

Los ojos se ponen con tranquilidad
sobre los alambres de pua.

Sanan las noches retazadas

Alma,
eres
un triturador.

La nada vaga en los bolsillos
sin una sola herida.


Belial.

Para Caminar

Comprendí,

que los libros
son pasajeros
como los amores.

La saciedad de mi mente fue inútil.

Aquí no hay nada
por eso me fuí.

A caminar.



Belial.

La Paz



La rechoncha paloma de la paz,
volaba por la gris perdición.

Las nubes le disparaban de lo alto,
pero era ya imposible detenerla.

Esa rata voladora,
yacía en el asfalto,
y sin querer,
también la piso.

Nacida de una llaga en el corazón.

Lleva en su estómago cerebral
lo más agrio de la ciudades.

La evocan las guerras
y no calma su vuelo.

La calle pide su vida
por su augurio



Belial.

lunes, 18 de mayo de 2015

Cuando Solo Faltas Tú

El monstruo ríe tras el volante,
complicado atropellarlo.

Pero si lo matas algún día
Recuerda pasarle por encima otra vez.
No preguntes nada
Pasa sobre él,
una y otra vez.
Piel dice no tener.
Mucho menos un ombligo.


En esta vía
donde los cabellos blancos
buscan ser adoctrinados
por la burla.
Donde la apatía urbana
es un disfraz de embrujo,
y la drogadicción
es un cliché;
hay que tener cuidado.

Testigos hay de sobra.
De eso no hay que preocuparse.
Mejor acelera,
que el pájaro es joven,
no tiene nido,
y come en la carretera.
Belial.

Showdown

What to show out
if i recognize
that today is not Halloween?

How can i erupt my self
from all the dusty ashes
i have covering my mind?

All these bring me few content.
But will never complain.

I just can talk
about líes,
and i know it,
and accurately can say
that behind of this,
we can find the key
to help us realize 
our large
knowledge frustration.

We are all exposed to suffer.
Our relationship
with the high-emptiness.

Belial.

El Erudito

El erudito juicioso

y en ayunas.

Saca el hilo,

la aguja;

y se cose la voz

con sus cuerdas

bucales.

Belial.

Para No Delinquir


No vas a poder juzgar
sin antes ser...

Sin antes haberlo soñado,
sin antes encarnar
una piel y sus ojos:
Presencia inequívoca por ser real.

Sin ser antes el instante
posible e infinito.
Sin haberle dado antes la mano
al asesino,
al arma
y a la víctima.

No podrás si quiera
sentir las palabras,
si no has estado expuesto
a toda la gradiente de tu ser.

Si te urge la mentira calzas la vida en vano.

Una sonrisa honesta
se siente en el alma.
En ese momento
la mirada se expresa
hasta su fin.
 
La mentira es solo tuya.
Mientras tanto,
procura cargar tras la mirada
todos los cielos
que la vida plasmó en ti.

Alma de piel rota,
desbordada
y girando.

Belial.

Parox Crystal

Suicide jump always becomes
by my own thirst of curiosity.

I will be less feared in my mind
by the lack of tasks.

The body of things
always change.
Evolve and improve by pain.
Same as your mind does.
But last one never dies
            /and stays.

Belial

sábado, 9 de mayo de 2015

Lo Que No Se Ve

Las estatuas llenas de nada...
Están vacías por ser macizas

Antes de tocar la brisa,
la piel toca la nada que se inventa.
En medio de mi
y el aire:
"El desconcierto de mi orquesta."

Incluso antes
de traducir una forma,
la lengua se avienta contra una luz,
y nace la mentira...

Entre más cerca estoy de algo,
más ensordezco el paisaje con sombras.

La luz no se ve.
La luz ayuda a ver porque conecta.

Y los fuegos arden en el alma
para crear diferentes luces
y diferentes sombras.

Belial.

miércoles, 6 de mayo de 2015

La Palabra Que Vivió

Se ha ido de mi esa palabra
para posarse cuidadosa
sobre los párpados de ella.

Ahora respiraba.

Abandonó el encierro de las letras
y un cuerpo hermoso tenía.

Era una buena palabra.

Se divertía escribiendo,
su significado de muchas formas.

Nunca,
en ningún poema,
en ningún cuento,
esa palabra supo explotar tanto.

Fumaba y perdía su significado.

Dormía bajo la ducha,
como un papel de suave carne.

Extraviaba su mirada
tras los barrotes perfumados de su celda.

Y nunca
la recuperaba.

Quien sabe si ahí habitó esa palabra
desde que la puse.

Sospecho
por debajo de la puerta se escapaba.

Quien sabe...
creo que se rasgaba
apenas su pelo
me descubría
calléndo de espaldas.


Nadie sabe.

Solo sé que volvió a mi.
Y no dice nada,
Se mantiene jugando que es lo bueno.
Yo la escribo estando feliz siempre


Que iluso creerla perdida.

Que iluso fui al no preveer su llegada.


Belial.

Recortando El Paisaje

¿Qué tan bella podría ser una montaña?
sin un cielo que rozara con paciencia sus peñascos?
Sin que se burle en sus noches con un guiño,
al querer resarcir su vientre oscuro sobre el monte.
Esperando en vano florecer
esas promesas de volar
que ya las aves olvidaron...

Belial.

Braile


¿Dejarías ciegas y descalzas
las ideas un momento?
Para brindarles luego pinceles
que escriban con un canto,
los sonidos de la selva en vida?

Belial

La Empanada


Q
ue obsoleto merodear dentro de uno.
No hay nada que ver,
uno puede volar ahi lo que quiera
pero de ver no hay nada.

Ah imaginación
¡Qué corta es tu vida!

¿En qué absurdo y lejano planeta
acostumbras crear aquellas deformes imagenes
que atraviesan las palabras?

¿A qué velocidad rota el alma,
enclaustrada en el cosmico
reves de nuestra piel?

Belial

domingo, 3 de mayo de 2015

Bicicleta Sin Frenos


Miro a los ojos los carros revisando sus intenciones,
a la especta de lo que deviene
y la dirección protesta.
Terror delicioso tirarse,
y atrás mirar
la estampida asesina de la 5ta.
Las 11 o a las 10, son horas de respeto.
Noche sujeta al marco cual vinilo,
y los colores no se entienden.
Mi cresta es una motosierra negra
pintada en el asfalto
la velocidad me moldea hasta hacerme mierda.
La bicicleta me entiende,
me dibuja fuera y dentro
el burro sabe o no siguiera,
de música, de sonrisas, y pensamientos.
De borracheras de papel.
Me dibuja como un arma feliz,
un reflejo ambulante,
con el volar ardiendo en las orejas,
detrás del silencio.

Belial

viernes, 24 de abril de 2015

Hay En El Mundo Una Roca Roja



Hay en el mundo una roca roja
con mil rostros escondida.

A sus pies yacen montones
de ojos envueltos en podrido papel.

Los rostros que la pulen
son egoístas
y no dejan de hablar solos.

Algunos de estos callan y escuchan
porque están tuertos.

La piedra roja se infla
y se sacude cada nada,
con la firme intención de librarse de la voces.

Pero las caras no se van.
Y abren sus bocas al unísono
comentando estupideces que nadie debate.

Aun así no todo está perdido para ella,
¡Parece que hay algo a su favor!
que atenta contra lo maligno de su roja piel.
Parece que hay un espacio rojísimo que la cubre.
Un lugar sin cara.

De él se han visto salir aviones de papel,
que dan largo viaje;
para regresar a toda velocidad
y estrellarse contra las cuencas de azabache.

Ahi es cuando baja lento esa perla que mira,
y que a medida que cae
nada ve,
Cae más abajo de los pies,
como usualmente lo hacen las mierdas.

¡Ah la mierda y los ojos!
¡Si ahí es, donde la mierda vive!
que genial ponerle a un pastel de mierda
un ojo coronario cual cereza...

¿De que color la ves ahora?

La piedra roja se sacude siempre.
Pero no siempre brota de su verdadero rostro un poema.
Dicen que se esconde,
porque suficientes problemas ya tiene
Rájate el pecho
y pregúntale:


Cuantas caras le quedan.

Belial.