lunes, 19 de mayo de 2014

El Juego

Que hoy me levanté como me acosté,
cansado,
y gritando con la mirada el pesar que me invade...

Nunca había sentido tal cosa,
y me consideraba saberla,
pero entiendo no poder
comparar un sentir,
con un pensamiento.

¡Ni siquiera me es fácil escribir guiado por esta sensación!
La misma que acoge a los juguetes viejos.

¡Yo se que así se sienten!
y a veces me da por cogerlos,
ponerlos frente a mí,
recordar su brillo y moverlos un poco
para decirles torpemente
lo mucho que amé jugar con ellos;

Para luego abandonarlos en una posición
que los haga parecer cómodos,
ignorando el sonido,
que escapa fuerte de el corazón que llevan
en su cuerpo de pasta y de madera.

Y que no soporta latir más
entre mis indecisas manos.

Belial.

 
Pintura hecha por un veterano de Vietnam.






lunes, 12 de mayo de 2014

El Abismo Acuatico



¿Es solo curiosidad lo que me trajo al fondo?
¿O el abismo que tanto me inquietaba,

tiene algo que decirle a mi vida?
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Por el maestro: Zdzislaw Beksinski
El Gran Día en que mis huesos
viajarían a lo profundo del mar,
que solía sumergirme en los sueños de niño,
por fin había llegado.

Una visita inesperada
a las olas que viajaban inmensas,
desde la infinita llanura...
Y que morirían más tarde,
al tocar mi temprana figura

atercando la corriente sedienta de arenaHaciéndole tregua al viento y a la luna...

S
olo una ventana,
la mía,
guiñaba a la oscura y madrugada calle
con su polvo,
los albatros y las palomas.
Todo estaba listo para mi partida.
R
evestí la miseria de todos con mi sonrisa,
y abandone al fin
la tierra de mi vista...


1ra Simbiosis
...Tempestad y palabras de mar...
Remé en silencio hasta el sitio que acordé
y me vi desde la ultima ola que rozaba el horizonte.
tan pequeño...
tan insignificante...
tan... ¿desafiante?

Dejé ancladas todas las pertenencias,
bajo la vigilancia de mi sombra.
que permanecía estática y esperanzada
ante el imposible movimiento,
viéndome caer lentamente...
Hacia los oscuros riscos del Adentro.


Con la carne cansada y aún adherida,
la piel colgando como un lastre de hilo

y l
a gravedad,
como única pista de dirección,

d
escendía
como una pluma sola por el bosque,
descendía...

bien sabia yo

que no seria fácil,
pues la respiración es frajil,
y se fue haciendo mi única canción.

M
iré hacia arriba buscando la luz
o la figura de mi nave,
ya nada había
,
mi cuerpo desvanecía
.
noche sin luna
noche de día.

Fuerte verano
¿Donde está tu calor?
Ser humano
¿Lo llevas acaso en tu interior?

como una lágrima de muerte y vida,
burbujas partidas
que sedientas suben a recibir el sol.

2da Simbiosis
Un oscuro suelo amenazaba con tocarme,
el vértigo que sentí,
obligó a encojer mi cuerpo indefenso,
y doliome el ombligo con punzante dolor.
¿Desaparecí un instante?
o ha sido mi imaginación.
Maraña de músculos y tendón
vibrando como un bebé en su vientre
recibiendo forzosamente,
los pasos de un corazón
.

Un fondo rocoso recibióme con torpeza
y me ató fuerte la garganta su horizonte.
Mis manos llenas de nada...
porque se esconden.
Y las voces en mi cabeza en extremo agitadas,
intentaban romperme en mil,
al encontrarse cerca de su oculta marejada
.

A
lgo metálico sonó en la distancia,
me voltee buscando la dirección
helida luz de amanecer acompañaba
un lugar del tenebroso atrio de coral.
abriéndose paso por la oscuridad
hasta empujar mi curiosidad.


Las tinieblas sostenían mis lentos pasos
cortando mi respiración,
la luz se hacia familiar y callada....
Una vez estuve cara a cara con el nuevo abismo
un leve sonido castró mi miedo.

mi mente giró por el vació
pensé en mi familia
y ésta tomó forma en la oscuridad...
Solo después de eso
tuve suficiente alegría
y me lance de cabeza,
a encontrar el ultimo fondo.

3ra Simbiosis

Tal fue el vértigo que experimento mi cuerpo
mientras deslizaba,
lo que hizo asomar mis dientes con temor.
Las tinieblas...
¡Que frías estaban!
y los bordes rocosos me rozaban para saludar.

Aturdida y estallida mi mente,
descolgada del todo hacia la luz,
una roca invisible por su color,
golpeo mi cráneo
y perdí todo el control...

La caída fue lenta para evaluar mi calidad de desesperado,
y fría,
para demostrar que tan fuerte
es la determinación del fuego que me habita.
Y que hoy visita las llamas negras
del inmenso mar...


Bastante tiempo había pasado,
creo...
Yo estaba tendido haciendo parte del mar
miré mi reserva de vida,
y a cambio,
una lágrima obtuvo mi piel.


Mi desmayo había sido mortal
el aire no alcanzaría jamas a sacar
esta tabla que habito.
Desesperación,
agitada y callada
fue mi desesperación.


¿Qué me separa de ti oscuridad?
¿Acaso es éste diminuto hilo de miedo, de luz artificial?
que solo busca doblegarse ante la omnipresencia de mi mismo
y golpea las paredes como una bestia
al ver cómo su madre
permanece callada y tranquila en la distancia.

Aquel sonido metálico que me aventuró,
volvió a sonar esta vez más fuerte.
Era un reloj de mi alto, del color de mi traje,
y casi marcaba medio día (?)
Pero mi cuerpo desvanecía al acercarme
y no quedaba ni la luz...
los oídos me gritaron un agudo lamento
y me abrazo con un susurro mi madre,
cantándome la infantil y hermosa
canción del universo.

Belial.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Muerte Sin Cementerio



Que mejor que arrancarle a los peces de plata
y a esos ratones...
El placer de destruir una silaba cuando frágil es la palabra,
o de ojear un párrafo más de la cuenta
para castrar su sentir...

Las mejores poesías mueren en el aire
y se escriben con el cuerpo mientras se camina...
Reviven en forma de lugar cuando menos se esperan.

Belial.

domingo, 4 de mayo de 2014

La Música



Y si acaso existieras siempre...
yo mostraría mis secos dientes
perpetuamente
para abusar de la felicidad,
y mantendría amor contigo
sin importar cuan cansada
mi boca esté.

Porque una vez sentí,
como te escabullías entre el silencio de mis extremidades
luego de bailar un instante mortal en la calle,

o cuando la calma me invadía
con sonidos suaves de marimba
junto al palacio de las aves.

Solo así pude comprender
que tomas la forma que un alma necesita.
Y gritas una melodía que vive tanto como la vida.
Escucha tu canción
y haz caso de la brevedad que te representa.
El vientre donde se cría la música,
está en la selva de los siglos que aún llevas,
a pesar del silencio
que evocan las ciudades y las cosas.


Belial