Pero tú censuras las formas,
gritándoles a cada paso el deseo
que tienes de poner un nombre.
gritándoles a cada paso el deseo
que tienes de poner un nombre.
Y desgarras la madera para construir un lecho,
y la casa se hace cárcel,
y el pájaro abandonará tu oído,
para que el espejo te mire a los ojos
como un asesino
Belial.
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