Cuando volteé mi cabeza con rapidez
hacia el camino escogido,
pude notar una mueca de desagrado
en las flores que yacían en las otras direcciones,
rasgando con sus colores
caminos monotonamente hermosos.
Escogí este horizonte de porvenir infame,
millones de veces sudado,
deambulado de muchas formas,
de bocas secas y de niebla grasa.
Para envolver mi corazón
en una enredadera de aluminio
y retarlo a latir lo más fuerte posible...
Hasta que el esfuerzo desencaje la semilla de sus ataduras,
y crezca una flor de hojalata
que sonría
y permanezca.
hacia el camino escogido,
pude notar una mueca de desagrado
en las flores que yacían en las otras direcciones,
rasgando con sus colores
caminos monotonamente hermosos.
Escogí este horizonte de porvenir infame,
millones de veces sudado,
deambulado de muchas formas,
de bocas secas y de niebla grasa.
Para envolver mi corazón
en una enredadera de aluminio
y retarlo a latir lo más fuerte posible...
Hasta que el esfuerzo desencaje la semilla de sus ataduras,
y crezca una flor de hojalata
que sonría
y permanezca.
Belial.
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