Saltan los lirios del campo prometidos,
evitando ser engullidos
por la tierra vengativa.
Para caer sobre el techo angosto
de tus manos de florero,
donde la tierra está aún trazada y vigente.
Tu boca sopla
y avispas salen del tallo.
Continuas soplando
y el lirio estornuda con tu aliento
desaprezandose y hullendo.
Belial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario