Comiendo solo,
mirando al frente,
en mi lodo estoy ausente,
espejismos locos,
climas dementes,
a mi costado medra un duende,
y sigo sentado;
ignorando su recado.
Un escarabajo en la radio
no es creyente,
estoy de su lado,
y es tarde.
La noche llega desde abajo
y te escondes,
embrujado el bosque,
más profundo que has tocado,
no lo conocian tus dondes.
Belial.
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