Miro a los ojos los carros revisando sus intenciones,
a la especta de lo que deviene
y la dirección protesta.
Terror delicioso tirarse,
y atrás mirar
la estampida asesina de la 5ta.
Las 11 o a las 10, son horas de respeto.
Noche sujeta al marco cual vinilo,
y los colores no se entienden.
Mi cresta es una motosierra negra
pintada en el asfalto
la velocidad me moldea hasta hacerme mierda.
La bicicleta me entiende,
me dibuja fuera y dentro
el burro sabe o no siguiera,
de música, de sonrisas, y pensamientos.
De borracheras de papel.
Me dibuja como un arma feliz,
un reflejo ambulante,
con el volar ardiendo en las orejas,
detrás del silencio.
Belial
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