viernes, 1 de agosto de 2014

Nacimiento y Vejez

Miraste detenidamente un camino
que soplaba desde tu vientre con fuerte caudal,
hasta hacerse un delgado cable
que enrollaba el vuelo de las nubes,
y las acompañaba a ser rasgadas
por los perpetuos pedestales de piedra,
que se alzaban a sobre el mar.

Estuviste entonces impregnado
de saliva y esfuerzo,
valorando con piedad cada infortunio,
elevándote sin presunción
sobre la hormiga y el samán.

Por la ruta del musgo plateado
vos al fin te encontraras,
izando tu alma cual cometa,
enrollando en tu entrañas
  uncamino aun conectado…

El cordón umbilical.

Belial.

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