La Belleza se deleitará,
precisando con sus ojos,
un niño que sonrie mientras
su vida adquiere la libertad maxima
en el rocio de un sueño
Esta romperá con humedad sus luceros
tratando de imitar
los colores verdaderos...
que el niño respira con agrado.
El niño debe ser tierra,
debemos acompañarlo
en las noches más oscuras,
como una incansable luna,
alumbrando diversos caminos
para que sus pupilas,
tengan un reflejo
de felicidad
y seguridad esperanzada.
El
hombre debe danzar
con delicadeza al rededor de sus sueños.
Con cuidado y sin prisas,
debe lustrar con el dedo meñique las promesas,
para mantener su niño,
imaginando proesas,
descubriendo la arcilla que habita en la lluvia,
poniendo entre las manecillas del reloj
una infinita sonrisa.
con delicadeza al rededor de sus sueños.
Con cuidado y sin prisas,
debe lustrar con el dedo meñique las promesas,
para mantener su niño,
imaginando proesas,
descubriendo la arcilla que habita en la lluvia,
poniendo entre las manecillas del reloj
una infinita sonrisa.
Belial
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