Para andar al rededor de algo,
hace falta sólo alumbrarlo.
Hay que ser cuidadoso de
no orbitar siempre
a una misma distancia.
De vacilar al acercarse.
Pues de los caminos
que ya han sido pisados
suelen brotar rejas.
Y cuando por fin
decidas acceder a ese fuego,
su fulgor junto al tuyo,
encarcelados
no se verán.
Belial
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