jueves, 3 de diciembre de 2015

Un Día Cualquiera


Está agrietandose
en la parada.

Lleva media hora
esperando subirse a un vacío,

Donde los idiomas no le corten más la oreja;
donde el braille
se hable con los pies.

Sube al colectivo.

Los asientos de su viaje
no tienen como echarse para atrás.

A través de la ventana,
anaqueles guardan
los tesoros del cuervo
devaluados a la aguja.

Las calles se amotinan en su estomago.

"Todo tiene un suelo destructor"

Se dice un Dios
mientras abre un Mareól.

Belial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario