Acabo de llegar al mar,
y disfruto escucharlo tumbado…
Todos
querrán tatuarse en las nubes,
en los billetes.
¿Desbocarán acaso los establos
donde reside la espada
que resopla sin mango o paladín?
Nunca será suficiente...
Lo que martilla
tras el oleaje
son otros corazones.
Pero el misterio es cosa tuya,
simple y atractiva.
Belial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario