Caminando va por las paredes,
bien vestido como es costumbre,
creando espaldas a su paso,
moviendo objetos
que a otro pertenecen.
Acorrala con su elegancia
las luces de la calle,
pero estás frías se portan.
y humillándolas un poco apenas,
las abraza,
porque sabe que han de brillar.
bien vestido como es costumbre,
creando espaldas a su paso,
moviendo objetos
que a otro pertenecen.
Acorrala con su elegancia
las luces de la calle,
pero estás frías se portan.
y humillándolas un poco apenas,
las abraza,
porque sabe que han de brillar.
Solo aquel otro las recibe
¡Gordo y viejo!
por el techo viene a caminar,
caprichoso fue el vestido en su movida,
y él viene a poner lo suyo en debido lugar.
Llora un poco al ver los focos
trastornados ante él
sonrojado se hincha y en completa desnudez
duerme sobre el monte mojado
imaginando morir otra vez.
Barbado,
él estuvo aquí siempre,
todo brilla y nace para él,
todo es suyo y nada mueve,
¡Admirar!
!Admirar es su menester!
Belial.
¡Gordo y viejo!
por el techo viene a caminar,
caprichoso fue el vestido en su movida,
y él viene a poner lo suyo en debido lugar.
Llora un poco al ver los focos
trastornados ante él
sonrojado se hincha y en completa desnudez
duerme sobre el monte mojado
imaginando morir otra vez.
Barbado,
él estuvo aquí siempre,
todo brilla y nace para él,
todo es suyo y nada mueve,
¡Admirar!
!Admirar es su menester!
Belial.
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