La Meditación De Un Caballo

Braceo en este rio de cajones,
involucrado me encuentro,
manejado por malditos peones,
me muevo sin poder ver
los alfiles y las torres,
para arriba y para abajo
halando el yugo citadino,
que me envuelve en sus afanes.

Me siento fuerte,
pero estoy sediento,
ya conozco este caminito
que expele el calor de mil soles,
solo busco un pedacito
de naturaleza desafiante,
para morderla y poder después
desafiar a mis captores.

Belial.