Desde lo alto
de su monumental catástrofe.Atrapado tras dos puertas
de peludos labios
y una lengua redonda
inerte;
el ser humano
se hizo ciego.
Imaginaba...
Y rojas y panorámicas palabras
se deformaban en la anchura
dando vueltas vueltas
hasta romperse.
De las humeantes grietas
salian significados
que caminaban
hasta presentarse
Desequilibrada su mente.
Veía los árboles enfermos
avanzar con venganza.Se llevaba las manos a la cara.
y la arrugaba con un grito.
Pero por más que se tapaba,
todo ahí seguía.
Terneros sin extremidades
lactaban desde las endebles ramas.
Los caballos a distancia le miraban de reojo.
Podridas sus espaldas.
"¡Oh salvaje imaginación!
He llegado a donde habitan las palabras."
- decía el hombre -
Mientras los pasos de su lumbre,
como fila de hormigas,
extendidos por la negra tierra
hasta alcanzar la cima
de uno de los árboles.
Tan pronto la primera alcanzo el dosel,
se tensó la pita y haló al hombre,
para columpiarlo sobre sus negros asuntos.
Belial.
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