domingo, 4 de mayo de 2014

La Música



Y si acaso existieras siempre...
yo mostraría mis secos dientes
perpetuamente
para abusar de la felicidad,
y mantendría amor contigo
sin importar cuan cansada
mi boca esté.

Porque una vez sentí,
como te escabullías entre el silencio de mis extremidades
luego de bailar un instante mortal en la calle,

o cuando la calma me invadía
con sonidos suaves de marimba
junto al palacio de las aves.

Solo así pude comprender
que tomas la forma que un alma necesita.
Y gritas una melodía que vive tanto como la vida.
Escucha tu canción
y haz caso de la brevedad que te representa.
El vientre donde se cría la música,
está en la selva de los siglos que aún llevas,
a pesar del silencio
que evocan las ciudades y las cosas.


Belial

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